domingo, 17 de junio de 2007

El triunfo de la actividad cultural

Angelo Valenzuela/ barrigaverde.net

A mediados de los años 80’s un grupo de jóvenes sanjuaneros nos encontrábamos inmersos en la promoción y animación cultural. No recibíamos, ninguno, sueldos o compensación económica. Lo hacíamos, como decía mi mama, “por amor al arte”. Pero eran tiempos sumamente difíciles. El apoyo a estas iniciativas era poco o nulo.

En ocasiones, Edgar Valenzuela, que para entonces era el líder cultural mas dinámico en San Juan, estuvo a punto de caer varias veces preso porque organizaba actividades culturales sobre la base del apoyo de empresarios que a la hora de pagar las cuentas desconocían sus promesas de patrocinio y no aportaban nada.

Era entonces que “Papi y Mami”, para no ver a su hijo mayor preso, pagaban las cuentas a regañadientes no sin antes acabar con ese “maldito muchacho, que nos esta haciendo la vida imposible. Uno trabajando día y noche para pagar vainas que uno no ha hecho y que fueron disfrutadas por otros que encima jamás se lo van a agradecer”

Recuerdo dos ocasiones que pueden ilustrar perfectamente los niveles de apatía tanto pública como privada.

La primera fue cuando Melba Pérez y quien suscribe, fuimos comisionados para ir a una de las sesiones de la sala capitular del ayuntamiento local para solicitar trescientos pesos para cubrir los gastos de hospedaje, promoción, comida y transporte de Carlos Lebrón Saviñon, que era nuestro invitado para ofrecer una gala de poesía, un taller de oratoria y teatro a jóvenes de San Juan.

Cuando hicimos la solicitud a la sala uno de los mas poderosos regidores de entonces, se levanto indignado y dijo que nosotros no éramos mas que una partida de vagos que no sabíamos que hacer con nuestro tiempo y que San Juan no debía darse el lujo de “gastar” un solo centavo en cultura hasta tanto todas nuestras calles estuvieran debidamente pavimentadas.

Su reacción fue aplaudida y apoyada por una buena parte de la sala lo que nos hizo pensar, tanto a Melba como a mi, que nuestra visita y solicitud habían sido un error. Pero afortunadamente del fondo del salón se levanto una mano pidiendo la palabra. Era el periodista, y en ese entonces también regidor, Lic. Cassandro Fortuna que con tono pausado, y sin tratar de polemizar, nos defendió diciendo que nosotros éramos jóvenes valiosos que no cobrábamos por lo que hacíamos y que nuestro único interés era organizar actividades para el disfrute espiritual de los Sanjuaneros por lo que la sociedad debería estarnos agradecida. Además recomendó que nos fuera entregado el dinero y que entregáramos un informe al cabildo sobre la actividad.

Se hizo un silencio sepulcral luego del cual el presidente de la sala aprobó que se nos entregara el dinero, si nadie en la sala tenía objeción. El silencio volvió lo que daba como un hecho el otorgamiento del patrocinio. Los encontronazos y viajes al ayuntamiento para su entrega es otra historia para ser contada.

Lo segundo fue cuando a raíz del descubrimiento del hombre de Seboruco salimos a buscar tres mil pesos de patrocinio para la realización de un levantamiento topográfico que nos fuera encargado por Fernando Luna Calderón. Era la segunda mitad de los 90’s, los tiempos del Consejo Presidencial de Cultura en el que nunca tuvimos presupuesto para actividades. Yo ya había agotado la mitad de mi sueldo personal en los trabajos de excavación. La gobernación de entonces, que apoyo mucho en principio, se canso de que fuéramos tanto a “joder por dinero”. Solo nos quedaba la autogestión.

Fuimos muy confiados donde un empresario de San Juan cuyo nombre no tiene ninguna importancia, pero que en cierta ocasión nos había dicho que contáramos con el. Cuando le planteamos la situación lo menos que nos dijo fue irrespetuoso. Que el no podía darle dinero a una institución del gobierno. Que era una desfachatez mi visita y un montón de cosas más. Nos paramos del asiento y le ahorramos al energúmeno nuestra presencia y amistad de por vida. Este individuo nos ofendió en lo mas profundo porque no sabíamos que era, lo comprendimos entonces, un pobre diablo con dinero.

Pero no todo era malo. También había gente, representantes públicos y privados, que apoyaban el trabajo cultural aunque, desafortunadamente, eran los menos. Eso esta cambiando drásticamente para beneficio de una sociedad que avanza dialécticamente hacia el desarrollo.

Todo lo anterior contado lo motiva una visita que realizamos el domingo 20 de mayo pasado al municipio de Vallejuelo. Fuimos comisionados por el Lic. José Rafael Lantigua, Secretario de Estado de Cultura, a representarlo en la inauguración del Centro de Lectura y Promoción Cultural de Vallejuelo.

Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando al llegar al municipio notamos la integración masiva de la comunidad a la actividad. El centro de lectura se edifico sobre una colina desde donde se puede apreciar toda la belleza natural del valle. Una gran inversión. Inversión en cultura, en la gente, en sus valores, para aprender a querernos nosotros mismo. Muchos libros, muchos juegos, salones de conferencias, videos, Internet, en fin, todo lo que exige la modernidad para nuestro desarrollo.

Toda la comunidad invirtió. Todos por la cultura. Sin regidores obtusos y empresarios muertos de hambre. La mayor inversión económica la realizo la Fundación Kellogg. Una empresa internacional que se hizo representar por el señor James Mchale, presidente de la fundación y que se transporto en un helicóptero que aterrizo a pocos metros de la explanada de la actividad.

Allí estaba todo el mundo: El Sr. José Eugenio Garrido, Presidente del Consejo Asesor Internacional de la Juventud Rural, Sr. Eugenio Encarnación Dani, Sindico del municipio de Vallejuelo, Sra. Paloma López Blázquez, Secretaria General del Consejo Asesor Internacional de la Juventud Rural, Sr. José Melquíades Peña Ogando, Coordinador del Centro de Lectura y Promoción Cultural de Vallejuelo, Los representantes regionales de la Secretaria de la Juventud, Cultura, Turismo y una representante de la Secretaria de Estado de Educación.

Felicidades y éxitos Vallejuelo.

El autor es Pintor, Dramaturgo y Director Regional de Cultura

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